26 febrero, 2020

Primero fue el usuario

Proyecto Proporciones.

Estudio de diseño y arquitectura Proporciones

Visibilizar una ventana, una cornisa o un pavimento del siglo XVIII en el edificio patrimonial que acoge al primer centro cultural interactivo cubano con tecnología digital del siglo XXI y ofrecerle al visitante una experiencia con el conjunto de esos valores, tiene significado. También lo tiene que un salón de reuniones pueda ser un espacio de socialización y hasta de aprendizaje, que sea cómodo, que el ángulo de visión de los reunidos nunca se interrumpa o los obligue a abandonar una postura relajada para perseguir al interlocutor, que el que conversa no sea parte de una diapositiva que intenta no desfigurar, que la ventilación haga acogedor el salón. El éxito, en cuanto a eficiencia y eficacia, de los espacios diseñados, es posible gracias a la suma de pequeñas decisiones que privilegian la experiencia del destinatario. Dicho en otros términos, primero fue el usuario; luego, el diseño… Y el detalle.

Esa cultura de detalle para nosotros significa diseño honesto, transparente y eficiente. Un diseño que no oculta vicios y apuesta por materiales nacionales, optimizando recursos y procesos con soluciones versátiles, robustas y duraderas donde el derroche no tenga cabida. Creemos que, si la solución de diseño no se ocupa de los detalles, acaba por ser su propio contrario.

Las pequeñas decisiones, que escriben soluciones en letras capitales, nacen con frecuencia de entender nuestro contexto -capacidad productiva y disponibilidad de materiales- y a la persona que vive en él. Para Proporciones, ellas han constituido una convocatoria a varias disciplinas con la meta de atacar desde todos los flancos y no dejar olvidado en ningún momento del proceso -desde el nacimiento de un proyecto hasta su ejecución- ni lo arquitectónico, ni lo ingenieril, ni lo gráfico, ni lo industrial.

Sentimos nuestra la responsabilidad de fomentar el buen gusto y el cuidado de cada elemento como una necesidad. Estamos conscientes, no obstante, de que representa un gran reto en un ámbito donde la desidia y el mal gusto han ganado terreno por más de una razón. Pero es posible imaginar y hacer objetos o ambientes que sirvan humildemente y, a la par, regalen la satisfacción de lo hermoso. Se comienza quizá por haberlos imaginado para un amigo o un vecino, para uno mismo. No se trata de un reto, ni de una responsabilidad; es una obligación.

Debemos comenzar por reconocer todos, y a todos los niveles, que aún hay mucho que resolver.

Lo que pauta un decisor, influenciado por los referentes que conoce, encuentra ecos por todas partes como una caja de resonancia. Esto se explica porque nuestros referentes y cultura visual arman un paradigma y nos impulsan a reproducirlo. Pero hay oportunidades ahí. A mejores paradigmas, mejores resonancias. Dependiendo de lo que ponderamos, si la solución de una necesidad o el gusto detrás de ella, o el equilibrio entre ambos, los paradigmas generarán una visión cada vez más completa y cuidadosa del universo que nos rodea a todos. Quede claro entonces que no despreciar el origen de cada necesidad humana, ni desentenderse de su futuro es obligación del diseño de calidad, y la muestra más alta de respeto.

Notas:
Este texto ha contado con la colaboración de Eduardo García y Jorge Luis Requera, integrantes de Proporciones, y la asistencia editorial de Laura Ortega.

Proyecto Proporciones.

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Proyecto Proporciones.

Proyecto Proporciones.

Tomado de la Revista Cubana de Diseño La Tiza 7