5 agosto, 2020

«Sanas Palabras» 28 de junio

28 de junio

Hoy, impelido por la premura editorial de otro libro colectivo, del que no hablaré por ahora, limitaré mi crónica a un comentario que siempre queda rezagado, en este decursar trepidante de los días. Me refiero a la solidaridad anónima, la que recibimos sin aspavientos, sin oropeles ni primeras planas; ahí están los rostros de esos jóvenes voluntarios que nos atienden y miman, rostros que para nosotros representan la ciudad de Turín y que no olvidaremos.

Hoy Ilham, la italomarroquí, se trajo a su padre y a otros representantes de su comunidad para despedirnos, porque dicen que saben lo que es vivir lejos de la Patria, y agradecen también el sacrificio que hacemos. Sigue ondeando en el edifico de estudiantes situado frente al nuestro la bandera cubana, que manos anónimas pusieron durante el período de aislamiento físico. Y Max no cesa de enviarnos fotos de los miembros de su agrupación, Cuba Va, enarbolando la misma bandera o carteles de agradecimiento.

No existe la Italia egoísta, la desagradecida que algunos describen y temen, no la percibo. Ni siquiera en el mercado, cuando no encontramos un producto, y decimos, “pudiera ayudarme, es que soy cubano”, y la primera respuesta no es “sí”, sino “gracias Cuba”. Turín parece no percatarse de nuestra presencia, tal es su ritmo altivo de ciudad
industrial, desperezándose de la modorra producida por el confinamiento
obligado. Pero la gente sabe. Y agradece a su manera. Vayan estas fotos.

Enrique Ubieta