Las visiones de un diseñador frente a la COVID-19
Ivette Leyva García
Cuando la consigna “Quédate en casa” empezó a ser repetida en nuestro país (tras la confirmación de los primeros casos positivos al SARS-CoV-2, el 11 de marzo de 2020), ya los cubanos llevábamos en vena un pegajoso estribillo musical, alusivo a la estancia en el hogar, que no tardó en ser conectado semánticamente con la indicación preventiva.

El diseñador Richard Velázquez Camilo.
La sabrosura del tema “Me voy”, del joven artista Cimafunk, había calado, desde el 2018, en el patrimonio sonoro de las generaciones que gozaron su letra y ritmo en una fiesta, de las que lo utilizaron para animarse un sábado de tareas domésticas e incluso de aquellas que no entendían muy bien qué tipo de música era esa, pero al menor descuido se atrapaban repitiendo ese me voyyyyyyyyy –delicioso- pa’ mi casa. No por gusto el video que promociona este título obtuvo el Premio a la Popularidad en la edición de Lucas a finales del propio año.
La forma en que se relaciona este acontecimiento de la música cubana con la pandemia de la COVID-19, solo cobra sentido en una Isla acostumbrada a aliviar con humor las situaciones más serias y atemorizantes. “Cimafunk te lo había dicho, vete para tu casa” o “Yo voy a hacer como Cimafunk y me voy pa’ mi casa” fueron algunas de las frases que empezaron a robarnos sonrisas en las redes sociales digitales.
Pero un día el diseñador cubano Richard Velázquez Camilo decidió ponerle “rostro” y título a ese matrimonio impensado entre dos expresiones que provenían de universos simbólicos diferentes: uno, el de la fiesta y el goce; otro, el del aislamiento y el miedo. Así nació su “Cimafunk Visionario”, una pieza de diseño de comunicación visual que toma como base la popularidad del músico protagonista y, mediante la sátira, promueve las medidas de protección (como el uso del nasobuco) y reafirma, implícitamente, el necesario recogimiento. Su mensaje fue tan potente que algunos usuarios, incluso, llegaron a asumirlo como imagen temporal de su perfil.
Richard Velázquez, quien se desempeña como profesor de varias asignaturas en el Instituto Superior de Diseño (ISDi), nos comenta en entrevista que esta y otras piezas que realizara -para apoyar el enfrentamiento a la COVID-19-, nacieron, inicialmente, de su “entusiasmo personal”.
“La capacidad de crear es un emanadero que no puedes detener; es el estado natural de un diseñador”, afirma. Luego la academia hizo un llamado para que siguiéramos aportando y me sentí comprometido con la convocatoria.
-Son varias las soluciones de diseño publicadas en su perfil en las que se percibe un código humorístico. ¿Por qué insistir en esta fórmula?
-Según Guillermo Rodríguez Rivera, gran estudioso de la cubanía, en nuestro archipiélago un buen chiste es más efectivo que tres discursos. Como sabemos de la psicología, los mensajes emitidos pueden causar varios efectos, yo particularmente pondero el efecto confort en los receptores.
-Con un estilo más solemne, hemos disfrutado también de su cartel La Victoria. Hasta que apareció, no habíamos identificado otra representación gráfica del nexo entre las ideas del líder cubano Fidel Castro y el enfrentamiento a esta pandemia. ¿Qué motivó dicha propuesta?
-Siento que es la manera que tiene Fidel de seguir viviendo. Su gran sabiduría, entregada durante décadas a nosotros, su pueblo; seguirá retumbando en nuestro pensamiento, hasta la eternidad. Nadie nunca explicó las cosas como él; y con el diseño de comunicación visual aspiro a lograr esa efectividad.