«Sanas Palabras» 20 de junio
20 de junio
Yoidel Santines Acuña tiene 39 años y es médico, especialista en Anestesiología y Reanimación. Forma parte de un equipo integral que trabaja en el salón de operaciones del Hospital General Docente Héroes de Baire, de la Isla de la Juventud, donde vive. Pero una historia tiene varias capas, y esta no es la excepción: Yoidel empezó otra carrera universitaria y la abandonó en los inicios del nuevo siglo. Que sea él quien lo cuente: “Me gradué como médico en 2012. Entré un poquito tarde, con 25 años, tuve que volver a estudiar el 12 grado, en un curso de nivelación, porque yo estaba desvinculado. Aquello era parte de la Batalla de Ideas, un proyecto del Comandante en Jefe para recuperar a jóvenes que se habían desvinculado durante el Período Especial. Fue una revolución, muchos jóvenes recibieron una segunda oportunidad. De mi curso de nivelación, hay al menos cuatro especialistas en medicina, y también hay abogados, estomatólogos, economistas, instructores de arte… éramos treinta y todos somos hoy profesionales. Nos dieron una segunda oportunidad y la aprovechamos”.
Obtuvo de forma directa la especialidad, y terminó el segundo año de la residencia en Venezuela, en el estado de Miranda, como parte de un proyecto de colaboración. Eso fue en el 2014-2015. Está casado con la ingeniera civil Lisandra Pérez Camejo, y es padre de una niña, que el 17 de agosto cumple tres años. Pero hablemos de su paternidad después. Sigamos el curso de su narración: “Tengo dos hermanos menores, uno es veterinario y el otro se graduó de estudios socioculturales. Mis padres son personas muy humildes, somos el orgullo de ellos. Aunque me siento pinero, nací en la provincia de Granma, en Manzanillo, y a los 15 años vine a vivir a la Isla de la Juventud. Mi papá llegó primero, y por el trabajo le dieron una casa, y entonces vinimos todos. Mi equipo de pelota es la Isla, desde luego, los Piratas de la Isla. Michel Enríquez es mi amigo. Nos llevamos muy bien. A Michel lo sigue todo el mundo en la Isla, es un ídolo, y los niños quieren ser como él. Es un hombre de pueblo, y hace mucho por los niños y por el deporte pinero”.
Yoidel esperaba salir de misión a Argelia, antes de que la pandemia le cambiara el rumbo a todos; pero lo solicitó la Brigada Henry Reeve. “Como siempre en esos casos, todo es urgente. Me llamaron un viernes en la noche, el sábado lo teníamos casi todo listo, sin embargo, el lunes no pudimos viajar. En tiempos de pandemia solo hay tres viajes a la semana de la Isla a La Habana: lunes, miércoles y viernes. Pero ya el miércoles me había integrado a la Brigada en la UCCM. Soy el único isleño que vino a Italia, contando la brigada de Crema y la de Turín. Hay otros en Sudáfrica, en Trinidad y Tobago, pero en Italia solo estoy yo.”
No podíamos dejar de hablar de su hija en víspera del Día de los Padres: “Mi niña, Alexandra, imagínate, cuando le preguntan ¿dónde está tu papá? responde, ‘en Italia’, ¿y qué está haciendo allá? ‘salvando vidas’. Todos los días le pide a la mamá que me llame, aunque sea para darme quejas, para decirme que la mamá la castigó, y le exige que le ponga la videocámara para verme la cara. O si no, dice, voy a escribirle un mensaje y aprieta cualquier cantidad de letras, no importa… Eso me hace estar un poquito más cerca. Por ella también estoy aquí”.
Enrique Ubieta