Perspectivas de la evaluación en diseño
Por Orestes D. Castro Pimienta
Me han pedido que aborde el tema que da título a este trabajo, que reflexionemos al respecto y precisamente el término reflexión puede ser nuestro punto de partida.
El vocablo reflexión tiene varias acepciones o significados, es por esencia un fenómeno físico que se produce cuando una onda de luz o sonido rebota hacia la fuente de origen, en el mismo medio de propagación, pero es también un análisis consciente de algo o de alguien y es tan importante en nuestra mente, que se reconoce como la base de nuestro pensamiento teórico. No es casual que se diga que: “…evaluar es en última instancia reflexionar…”1 sobre una acción, sus causas y efectos.
Es por ello que la evaluación es inherente al ser humano como personalidad, que al decir de C. Marx “…es en su realidad el conjunto de las relaciones sociales”. Todas nuestras acciones y las de otros, todos los procesos, todos los fenómenos naturales, sociales y del pensamiento, pueden ser y de hecho son en determinada medida, objeto de evaluación.
Sin embargo, evaluar resulta siempre una tarea difícil, que no muchos prefieren realizar, pero que resulta imprescindible si se quiere saber cuánto se ha avanzado por determinado camino y con qué calidad se ha hecho.
Precisamente el presente trabajo está dirigido a esclarecer entre los diseñadores en ejercicio o en formación, algunos aspectos relacionados con la evaluación como proceso, así como dar elementos para enriquecer la polémica ya antológica en torno a tan acuciante tema. Por lo que se presenta un enfoque, un estudio y una experiencia acumulada al respecto.
ANTECEDENTAS DE LA EVALUACIÓN
Se puede hablar de la evaluación en un sentido amplio, desde un conocimiento empírico, vulgar o ingenuo (doxa), esto se debe a que la acción evaluativa es consustancial al hombre y el término evaluación es muy usado en la vida cotidiana. Continuamente valoramos o justipreciamos nuestras acciones y las de los otros, comparamos opiniones, analizamos y valoramos los costos del mercado o la calidad de una película, somos sujetos y objetos de evaluación.
Los primeros atisbos de evaluación en la industria se deben a Henry Fayol (1841-1925), que en “Los fundamentos de la teoría administrativa de la industria” presentados por primera vez en 1900, reeditado y traducido múltiples veces, describe los procesos, que hoy identificamos como formas de evaluación2. Desde entonces la evaluación pasó a ser una condición necesaria para la dirección científica de la administración en la industria y en todas las esferas de la economía de cualquier país. Sus resultados determinan en las políticas, lineamientos y estrategias de cualquier empresa.3
Por su parte la evaluación del diseño como profesión ha estado presente desde su surgimiento, en tanto le es propia a toda actividad humana, de manera consciente o inconsciente, aunque aún tiene poca pre- sencia en las publicaciones sobre diseño, sin embargo, resultan significativos los criterios aportados por autores como Jorge Frascara, Norberto Chaves, Raúl Belluccia, Joan Costa, Bruno Munari, y en el contexto cubano los trabajos de Sergio Luis Peña Martínez, Yamilet Pino Nicó y del autor de estas líneas.
CONCEPTUALIZACIÓN
Sobre el término como expresión lingüística
La evaluación como término o vocablo proviene del francés évaluer, que a su vez se origina del latín aestimare, según Amigo Molina, A “… el término se forma con el prefijo e apócope de ex, que significa fuera y valuación, acción y efecto de valuar, que es dar valor a algo”4, es decir, etimológicamente se relacionaba con un juicio de valor emitido por otros, desde fuera.
El término evaluación resulta polisémico, tiene varios significados, sin embargo, resulta frecuente hablar de múltiples sinonimias (relación semántica, por la similitud de significados), tal es el caso de medición, comprobación, control, examen, validación, entre otros, de lo que resulta un error conceptual, al confundir las partes con el todo, lo fenoménico, con lo esencial. Evaluar es siempre mucho más que medir, comprobar o controlar.
Por su contenido y extensión, evaluación es un concepto de máxima generalidad, por lo que se constituye en una categoría, que se relaciona con otros conceptos de menor alcance que se le subordinan.

Sobre las definiciones de evaluación
Siempre podemos encontrar una o más definiciones de un objeto, proceso o fenómeno, es así que existen múltiples definiciones del concepto evaluación, en dependencia del contenido del concepto. Veamos algunas definiciones:
“Acto de valorar una realidad, formando parte de un proceso cuyos momentos previos son los de fijación de las características de la realidad a valorar, y de recogida de información sobre las mismas, y cuyas etapas posteriores son la información y la toma de decisiones en función del juicio de valor emitido”.
“Proceso de identificar, obtener y proporcionar información útil y descriptiva acerca del valor y mérito de las metas, la planificación, la realización y el impacto de un objeto determinado, con el fin de servir de guía para la toma de decisiones, solucionar los problemas de responsabilidad y promover la comprensión de los fenómenos implicados”.6
“Un escrutinio, lo más sistemático y objetivo posible, de un proyecto, programa o política en ejecución o terminado, y sus dimensiones de diseño, ejecución y resultados. El propósito es determinar la pertinencia y logro de los objetivos y la eficiencia, efectividad, impacto y sustentabilidad del desarrollo”.7
“Evaluar es determinar en qué medida se han logrado unos objetivos previamente establecidos, lo cual supone un juicio de valor sobre la información resumida que se emite al contrastar esta información con los criterios que son los objetivos previamente establecidos”.8
Existen tantas definiciones como autores puedan existir, sin embargo, es necesario acudir a los rasgos esenciales (características necesarias y suficientes del concepto6
- Carácter de proceso.
- Existencia del sujeto, objeto, proceso o fenómeno a evaluar. (Qué se evaluará).
- Claridad en cuanto a la finalidad de la evaluación (para qué se hace).
- Normalización del proceso (determinación de una pauta válida y confiable9, con las variables, dimensiones e indicadores).
- Que permita la toma de decisiones.
La evaluación en diseño implica necesariamente, la atención a los aspectos cognitivos, instrumentales y axiológicos, los que se expresan tanto en uno de los modos de actuación de los diseñadores, como en el Sistema de Evaluación de la Calidad del Diseño, que norma y ejecuta la evaluación en la práctica profesional concreta y consecuentemente en un objeto de conocimiento durante su proceso de formación de pregrado y postgrado.
La evaluación del diseño requiere la interacción comunicativa, de naturaleza dialógica, una clara determinación paradigmática y una visión antropológica y social de las reacciones humanas y un aparato conceptual metodológico que dé lugar a una normatividad rigurosa, al mismo tiempo flexible y sustentable en el tiempo. Todo ello con un fundamento filosófico y epistemológico coherente.
La evaluación no puede ser unilateral, unívoca, discursiva o lineal. Es dialógica y relacional por su esencia comunicativa y reveladora de contradicciones por la naturaleza dialéctica.
En el campo de la evaluación del diseño es necesario unificar los códigos, la terminología utilizada en evaluación y en diseño, evitando las incomprensiones, repeticiones o incoherencias al evaluar en diseño, así como la necesidad de dominar conceptos claves de la teoría evaluativa, tales como modelos, tipos, formas, funciones y efectos.
EVALUACIÓN EN DISEÑO
La caracterización del modo de actuación evaluación implica: la definición de este concepto, la determinación de las características necesarias y suficientes, así como su contenido y extensión, el análisis de sus componentes y el establecimiento de relaciones internas y externas.
Según el Dr. C. Sergio L. Peña Martínez, en la práctica profesional del Diseño conviven diferentes formas de evaluación, que derivan tanto del objeto a evaluar como de la tipología del problema y el nivel en que opera la acción, y propone tres niveles:
Nivel 1
Evaluar proyectos: procesos de diseño, resultados parciales y soluciones finales.
Nivel 2
Evaluar productos: en las tres esferas de actuación: Maquinaria, Espacio y Objeto.
Nivel 3
Evaluar la gestión de diseño: en proyectos, programas y estrategias de Diseño.10
Según este autor, evaluar es un proceder común, frecuente y generalizado en el diseño, en el cual el diseñador evalúa el desempeño visto en sus resultados parciales y la solución efecto, así como de los productos (calidad, adecuación a las necesidades y su aceptación e impacto).
Señala que la evaluación está presente a nivel de la gestión, para validar y diagnosticar estrategias de inserción del diseño en diversos contextos.
Por su parte el Sistema Nacional de la Evaluación de la Calidad del Diseño, desarrollado por la Oficina Nacional de Diseño de Cuba, parte de diversos presupuestos teóricos que aportan los criterios, dimensiones e indicadores a evaluar en las diferentes esferas de actuación e incluye además un subsistema orientado a la evaluación del diseño en los procesos inversionistas.8
Otros autores como Norberto Chaves y Raúl Belluccia, se refieren al accionar del diseñador como evaluador, considerando indicadores de calidad que toman en cuenta esencialmente el concepto de pertinencia. Plantean catorce parámetros del alto rendimiento para diseñar un Identificador Visual.
Cuando el prestigioso diseñador, Joan Costa, se refiere a “…las reglas fundamentales para la evaluación del nombre de una marca: brevedad, eufonía, pronunciabilidad, recordación, sugestión y originalidad (aspecto creativo) …” está asumiendo el modo de actuación evaluación y se está refiriendo a dimensiones de la variable: nombre de la marca y la operacionalización de sus indicadores.11
Según Bruno Munari, lo proyectado, debe ser sometido necesariamente a verificaciones de todo tipo para controlar su validez. Reconoce aquí uno de los requisitos clásicos de la evaluación, que ha sido ampliamente tratado en la bibliografía especializada en evaluación, que incluyen además la confiabilidad y la objetividad y la sistematicidad.
Resulta necesario tener en cuenta otros requisitos tales como: equidad, transparencia, pluralidad y participación, conducente a una evaluación más democrática, en el sentido humanista del término.
Los criterios de Jorge Frascara sobre evaluación apuntan hacia la evaluación como oportunidad de perfeccionamiento del diseño, a lo que cabría agregar que debe ser también una oportunidad para aprender sobre diseño y sobre la propia evaluación.
Existen otros muchos ejemplos de aportaciones de los diseñadores a la teoría y la práctica evaluativa en el diseño, sobre todo durante el proceso de realización y post facto, las que requieren una mayor sistematización teórica.
El Diseño es un área del conocimiento transdisciplinaria, de carácter complejo, por lo que su evaluación trasciende necesariamente las posiciones pragmático positivistas, por lo que resulta necesario investigar desde otros paradigmas más cualitativos. La investigación acción participativa, que ha superado las inconsistencias empíricas de su etapa emergente, se consolida con vía para alcanzar el conocimiento científico.
En el caso que nos ocupa, el modo de actuación evaluación, se evidencia con énfasis el escenario descrito, lo que se hace más complejo por la falta de preparación de los diseñadores en cuanto a las concepciones, modelos y herramientas de la evaluación como categoría compleja y polisémica.
El modo de actuación evaluación es el quehacer del profesional, que permite valorar, justipreciar una acción sobre la base de ciertos criterios, parámetros e indicadores. Proceso mediante el cual, de forma sistemática y rigurosa se procede a la contratación de la actuación de un sujeto, del comportamiento de un fenómeno, proceso, proyecto, producto, programa o estrategia, identificado como objeto de evaluación, que resulta del análisis cualitativo y cuantitativo, comparación de los logros, resultados, productos o servicios con un referente que sirve de modelo o pauta.12
La evaluación del diseño desarrollada en la práctica puede ser contrastada con la teoría de evaluación, lo que, mediante un razonamiento analógico, permite la identificación de puntos comunes entre la instrumentación de la evaluación y el proceso de diseño, entre los aspectos teóricos de la evaluación y las teorías aplicadas en diseño.
La evaluación está siendo objeto de estudio en varias investigaciones desde el Centro de Estudios del Diseño del ISDi, con participación activa de especialistas de la ONDi, lo que se evidencia en la realización de un proyecto de investigación conjunta, tal es el caso de Modelos para la evaluación del Diseño en Cuba, que es un proyecto no asociado a programas (PNAP, según las siglas del CITMA), del que se derivan tres tesis de doctorado:
– Modelo de evaluación de la calidad del Diseño de Comunicación Visual del software de gestión empresarial, desarrollado en organizaciones productoras de software de Cuba de la doctoranda MSc. Yamilet Pino Nicó, de la ONDi
– Modelo de evaluación del diseño como instrumento de la gestión ambiental de la doctoranda MSc. Arianet Valdivia Mesa, del ISDi.
– Repertorio Técnico de Evaluación del diseño Industrial de la diseñadora MSc. Rosalia Aguirre Batista.

De igual manera e interrelación se realizan varias tesis de maestría, entre las que se destacan:
– Sistema para la evaluación de la identidad visual de los servicios del sector privado en Cuba, del diseñador Alejando Escobar Mateo.
– Modelo de evaluación del proceso de diseño de interfaz gráfica de usuario en dispositivos móviles de la diseñadora Daily Borroto Leyva.
Derivado de las tesis de doctorado y maestría se han realizado varios trabajos de Diploma del ISDi.
Este conjunto de investigaciones académicas de pregrado y postgrado, así como las conducentes al grado científico están articuladas en una pirámide de investigación, siguiendo las normativas del CITMA y del MES.
A MANERA DE CONCLUSIÓN
Dígase como se evalúa y se expondrá con claridad la concepción epistemológica y antropológica de la que se ha partido, pues la evaluación revela los fundamentos teóricos y metodológicos que tiene el evaluador. La evaluación es un espacio de convergencia de saberes, de oportunidades y al mismo tiempo fuente de contradicciones éticas, en tanto se vincula a instancias de poder, toma de decisiones, a la determinación de fuentes de financiamientos, recursos y acreditaciones.
Debe ser usada para la mejora continua, el perfeccionamiento de los procesos, de organizaciones, en última instancia al mejor desarrollo del ser humano y su calidad de vida.
NOTAS
- Rosales, C. Evaluar es reflexionar en la enseñanza. Madrid: NARCEA S.A., 1990.
- Orama Véliz, A. https://www.gestiopolis.com/fundamentos-y-evolucion-de-la-teoria-de-la-administracion. junio de 2018. (último acceso: 7 de abril de 2021).
- Cano Flores, Milagros. La autoevaluación institucional como medio para comprender la realidad y transformarla. Madrid, 2001: UNED, 2001.
- Amigo Molina, A. «Evaluación educativa.Europhoros». 2018. http://www.google.com/search?q=evaluación+educativa+eúphoros&aqs (último acceso: 28 de marzo de 2021).
- Juste, Pérez. La Evaluación externa y sus implicaciones. Aspectos técnicos, prácticos y éticos. 2005.
https://www.researchgate.net/publication/28170498_La_evaluacion_externa_y_sus_implica- ciones_aspectos_tecnicos_practicos_y_eticos/fulltext/024ae7af0cf25bc6d4a1fdfc/La-evaluacion-externa-y-sus-implicaciones-aspectos-tecnicos-practicos-y-eticos.pdf (último acceso: 7 de abril de 2021).
- Stufflebeam, D., y .A. Shinkfiel. Evaluación Sistemática.Guía teórica y práctica. Barcelona: Pai-dós, 2011.
- Serin, E; Peirano y C.; Falck,D. Guía Básica de Evaluación de Proyectos. BID, 2012.
- ONDi. Sintema Nacional de Evaluación de la Calidad del Diseño. Volumen I. La Habana: FORMA, 2015.
- Validez se refiere la correspondencia entre la evaluación y los objetivos, es decir, que se evalúa lo que realmente debe ser evaluado. Confiabilidad se refiere a la propiedad de un instrumento de evaluación que aplicado repetidas veces. Bajo las mismas condiciones, produce los mismos resultados (Notas del autor)
- Peña, S., y M. Pérez. Diseño: el objeto de la profesión. A3Manos, 2016: 5-26.
- Pino, Y. y O. Castro. «Evaluación de la calidad del diseño de comunicación visual.» ALCANCE, 2020: 46.
- Castro, O. La evauación como modo de actuación profesional de los diseñadores. Una experiencia docente-investigativa. A3Manos, 2016: 36-57.
Tomado de la Revista Cubana de Diseño La Tiza No. 10
