2 julio, 2021

Rediseñar la calidad

 

Yamilet Pino Nicó

 

Los términos evaluación y diseño son palabras de amplio uso en diferentes áreas del conocimiento. Estas se emplean de manera consciente e inconsciente tanto en la actividad cotidiana como laboral de las personas e implican reflexión y análisis. Ambas, al ser ejecutadas por individuos, contienen cierta dosis de subjetividad y muchos creemos saber acerca de su significado y propósitos.

La evaluación en particular, se relaciona con la emisión de juicios de valor sobre algo. A través del tiempo, se ha definido en la literatura como proceso que permite conocer si se han logrado los objetivos trazados o medio para conocer el grado de respuesta a una solicitud. También se destaca su utilidad para fundamentar con mayor certeza las decisiones, así como posturas que la colocan en un momento, antes, durante o después de aplicados programas, proyectos, productos y/o servicios ofertados. Es a la vez, una vía efectiva para realizar la mejora continua y el estudio de impacto de resultados. En todas ellas, la evaluación resulta beneficiosa en tanto aporta a la toma de decisiones para que los productos y servicios cumplan su finalidad útil, satisfaciendo las necesidades del usuario final en un contexto de uso determinado.

La crítica forma parte del quehacer del diseñador, pero no todos los diseñadores se orientan hacia el rol de evaluadores de la calidad del Diseño. Este criterio profesional implica, en principio, tener interés por prepararse, contar con experiencia proyectual o de gestión del Diseño, competencias profesionales que le permitan, con responsabilidad, reflexionar, analizar, comunicar y debatir manteniendo en todo momento el rigor técnico en lo que se dice. Las buenas prácticas de evaluación en el diseño se pueden aplicar tanto por grupos, como por diseñadores que trabajan de forma individual. Independientemente del número de especialistas, los métodos y técnicas de la evaluación de la calidad del Diseño sirven de referencia y guía a tener en cuenta durante el desarrollo del proyecto o como apoyo a la gestión del Diseño.

Este planteamiento implica lo pertinente que es evaluar la calidad del Diseño desde fases tempranas para solventar a tiempo fallas o errores, enrutando el camino en los casos en que exista una desviación del encargo consensuado con el cliente, antes de pasar a la producción a gran escala. Con un empleo continuo y flexible de la evaluación se favorece la incorporación de nuevas soluciones al problema, por lo que se aporta a la innovación y a la inserción del pensamiento de Diseño en los procesos de desarrollo. Además, velar por la calidad en el diseño implica estimar y exigir por que se aprovechen al máximo las tecnologías y los materiales que, al ser en muchos casos deficitarios, se han de optimizar sin afectar los resultados finales, ofreciendo soluciones de diseño que tributen verdaderamente al bienestar del usuario.

Entre las funciones de la evaluación de la calidad del Diseño están: la diagnóstica, de guía, control, planificación, selección, jerarquización, seguimiento, mejora, formadora, entre otras. Según el grado en que estas se manifiestan, el proceso complementa a uno u otro modo de actuación profesional, a saber: proyectual, evaluación, investigación y gestión.1

La evaluación de la calidad del Diseño debe considerarse como un proceso aliado e intrínseco de la gestión del Diseño en las entidades, en tanto ambas comparten funciones de planificación, organización y control. La evaluación atendiendo a parámetros de calidad del Diseño y con flexibilidad en el análisis permite fundamentar objetivamente las decisiones, al integrar el saber hacer del diseño para mejorar tanto en los procesos de génesis del proyecto, la etapa de desarrollo, y la aplicación del producto en el mercado. Ello garantiza soluciones innovadoras y competitivas, que realmente resuelven las demandas del usuario, más allá del mero cumplimiento del plan de ingresos y ventas planificadas.

El juicio externo sobre el diseño llega a las organizaciones cubanas como parte de estudios iniciales, que permiten a los profesionales del diseño identificar el estado de arte del objeto a proyectar.

“La evaluación de la calidad del Diseño debe considerarse como un proceso aliado de la gestión del Diseño.”

Los métodos para arribar a las conclusiones y los niveles de profundidad en el análisis, están en dependencia de la idoneidad de quienes ofertan el servicio, tiempo, presupuesto y grado de complejidad del proyecto. Esta evaluación externa es ejecutada por la Oficina Nacional de Diseño (ONDi) y contempla diferentes formas de organización para su puesta en práctica: auditorías, asesorías, diagnósticos, premios y controles. Igualmente se evalúa en talleres de entrenamientos de evaluación de la calidad del Diseño, donde se transfieren conocimientos a profesionales integrados en equipos multidisciplinarios de arquitectos, comunicadores sociales, tecnólogos y especialistas en marketing y calidad, entre otros. Esta acción ha permitido promocionar las potencialidades del Diseño Industrial y de Comunicación Visual y su necesaria evaluación y gestión.

mobiliario de la Empresa Dujo

Sistema de mobiliario de la Empresa Dujo evaluado por la ONDi en la década del 80.

 

Otra manera de evaluar, es cuando el proceso forma parte de los procesos formalizados a lo interno de las entidades. Es una manera de rendir cuentas de lo que se está diseñando, hacer verificaciones y validaciones. En dichas acciones se aprecia la idea preconcebida de asumir la evaluación como un proceso puntual, frecuentemente al final del desarrollo cuando el producto ya está terminado y ya se ha utilizado tiempo, esfuerzo mental y materiales. Una opinión a esa altura del desarrollo con frecuencia no es efectiva, es casi un dictamen de defunción. Por eso se insiste y reitera en que se evalúe en varios momentos del ciclo de vida del producto, a fin de que se tenga en cuenta al diseño.

Tanto a lo interno de las entidades como en la evaluación externa, los resultados evaluativos siempre tienden a generar una percepción negativa, en lugar de visualizarse como oportunidad de mejora. Es frecuente que se vea al evaluador como un agente externo que viene a decir qué debo hacer y no como un especialista en posición neutral que detecta lo que no ha sido visto antes. Tener identificadas deficiencias y recomendaciones permite resolver dificultades en el tiempo de acuerdo con su grado de importancia.

Para garantizar calidad en las entidades se aplican Sistemas de Gestión de Calidad o Sistemas integrados de Gestión como garantía de que los procesos siguen un comportamiento que conduce a buenas soluciones. En los controles realizados se evidencia que dichos Sistemas poco aportan a que el Diseño tenga calidad, aun cuando contemplen una etapa de Diseño y Desarrollo. Autores reconocidos del ámbito del diseño como Manuel Lecuona2 y Gui Bonsiepe3 han comentado sobre la necesidad de que el diseño y su gestión se integre a procesos de control, a la cadena de valor, las estrategias empresariales4 y los sistemas de gestión de calidad.

Pero es preciso cambiar la mentalidad y entender a la Calidad como un concepto único, que integre al Diseño Industrial y de Comunicación Visual. De ahí surge una de tantas interrogantes posibles: ¿Tiene contemplada la evaluación de conformidad y la marca estatal de calidad con círculo y sin círculo al Diseño? Su respuesta nos transporta en el tiempo, a los instructivos diálogos mañaneros del profesor Alberto Pozo. Un producto tiene calidad porque ha logrado alcanzar certificaciones requeridas, por la inocuidad de sus ingredientes, materiales, componentes químicos que no dañan el medio ambiente, pero también porque hay eficiencia comunicativa en los mensajes, son pertinentes el envase, la estrategia marcaria y los soportes promocionales. Igualmente, la estrategia de desarrollo de nuevos productos, los espacios institucionales o de ventas y servicios prestados, donde todos los actores se encuentren implicados y conformen con sus acciones la imagen institucional de la organización. Es por ello que se requiere rediseñar la concepción de calidad como producto y servicio único.

Desde la publicación de la primera edición del Sistema Nacional de Evaluación de la Calidad del Diseño en el año 2015, se comienza a transformar el conocimiento tácito de la Oficina en un conocimiento explícito y sistematizado, consensuando criterios e instrumentos de evaluación, que no tiene referentes conocidos en el ámbito nacional e internacional. El volumen I se concibe como material de consulta para los empleadores del diseño y guía a los diseñadores desde la fase proyectual, por eso se publica en el sitio de la ONDi.5 En el caso del volumen II, está dirigido a la gestión de los instrumentos porque contiene modelos de encargo o briefing para recopilar las entradas del Diseño y los procedimientos de trabajo, que son de uso restringido a los evaluadores avalados por la ONDi.6 Por último, el volumen III incluye las métricas para evaluar y es la base del software que automatizará la salida de los resultados.7

La aplicación de las sucesivas versiones del Sistema han permitido realizar estudios estadísticos, contenidos en el Anuario Estadístico emitido por la Dirección de Evaluación, material de consulta para fundamentar cuantitativamente el estado del Diseño en Cuba.8 Los resultados recopilados desde el año el 2006 hasta finales del 2020, demuestran cuánto Diseño hace falta en el país. Un ejemplo de ello: de las evaluaciones realizadas a 30 organizaciones esta-tales y del sector no estatal, solo el 7.9 % de los objetos de diseño cuentan con calidad del Diseño Eficiente. El 40.2 % calidad del Diseño Aceptable y poco más de la mitad resultan Ineficientes, 51.9 %.

 

Herramientas de evaluación de la calidad del Diseño

Herramientas de evaluación de la calidad del Diseño de la ONDi (1984-2021).

 

Actualmente se propone, a tono con la Política de Diseño, la actualización de la regulación jurídica y la informatización de la gestión de las evaluaciones de la calidad del Diseño. Se imparten de manera presencial y por plataforma de educación a distancia, la capacitación de personal mediante la vinculación, proyectual y productiva con la calidad del Diseño, que permite identificar así a futuros evaluadores que, en todo el país, aporten con sus juicios a que los productos y servicios cubanos sean de calidad integral.

Resumen de evaluaciones de la calidad del Diseño (2006-2020). Anuario estadístico, ONDi 2021.

 

Paralelamente, se trabaja para que en las próximas ediciones del Sistema se publiquen los instrumentos de evaluación del calzado y medios de transporte luego de su perfeccionamiento, e incorporar otros para la evaluación del diseño en el audiovisual, la gráfica ambiental, los juguetes, los espacios con pantallas de visualización y la dimensión ambiental en el Diseño. También se trabaja en nuevos instrumentos para el diagnóstico del contexto del diseño, la evaluación en la etapa de concepto, así como del impacto del Diseño aplicado. Para ello se nutre de la sinergia generada entre la teoría y la práctica aportada por tecnólogos, especialistas y profesionales de vasta experiencia en el Diseño y/o la evaluación. Ello sin dudas contribuirá a fortalecer el proceso evaluativo y la toma de decisiones certeras, para que logremos que se rediseñe la calidad con un enfoque integral al ostentar nuestros productos y servicios, así todo en altas, una real CALIDAD DEL DISEÑO.

 

Notas

  1. Peña, S. L. (2019). Modelo para caracterizar la profesión de Diseño en el contexto social y productivo de Cuba. Tesis doctoral. Universidad de La Habana. Instituto Superior de Diseño. P. 24.
  2. Lecuona, M. (1998). La gestión del Diseño en las PYMES. Departamento de Dibujo. Escuela Universitaria Técnica Industrial. Universidad Politécnica de Valencia. España.
  3. Bonsiepe, G. (1993). Las siete columnas del diseño. Textos, conferencias, entrevistas. Oficina Nacional de Diseño Industrial. Instituto Superior de Diseño Industrial. La Habana. Cuba. P. 7.
  4. Ameneiros, C. (2017). Los desafíos de la competitividad empresarial: innovación, valor y cultura del diseño. Panel: Diseño y Economía. Centro de Estudios de la Economía Cubana. Presentación en la 14 Semana del Diseño. Habana. Cuba.
  5. ONDi (2018). Sistema Nacional de Evaluación de la Calidad del Diseño. Volumen I: Dimensiones, subdimensiones e indicadores de Diseño. Dirección de Evaluación. República de Cuba. Ministerio de Industrias. Ediciones Forma. 2018. ISBN: 978-959-7182-15-3. ISBN: 978-959-7182-25-2 (Versión digital). Disponible en: http://ondi.cu.
  6. ONDi (2019). Sistema Nacional de Evaluación de la Calidad de Diseño. Volumen II: Procedimientos e instrumentos para la evaluación de la calidad del Diseño. Dirección de Evaluación. República de Cuba. Ministerio de Industrias. Ediciones Forma. ISBN: 978-959-7182-15-3, 978-959-7182-26-9.
  7. ONDi (2021). Sistema Nacional de Evaluación de la Calidad de Diseño. Volumen III. Métricas y procedimientos para la ponderación de los instrumentos de evaluación. Dirección de Evaluación. República de Cuba. Ministerio de Industrias. (Versión digital). Ediciones Forma. ISBN: 978-959-7182-29-0.
  8. ONDi (2021). Anuario estadístico. Dirección de Evaluación.

Tomado de la Revista Cubana de Diseño La Tiza No. 10